El mar como un vasto cristal azogado1
Refleja la lámina de un cielo de zinc2;
Lejanas bandadas de pájaros manchan
El fondo bruñido3 de pálido gris.
El sol como un vidrio redondo y opaco
Con paso de enfermo camina al cenit;
El viento marino descansa en la sombra
Teniendo de almohada su negro clarín4.
Las ondas que mueven su vientre de plomo
Debajo del muelle parecen gemir.
Sentado en un cable, fumando su pipa,
Está un marinero pensando en las playas
De un vago, lejano, brumoso país.